#90 Sobre el ego en el trading. Parte I
De la autocrítica constante a la concentración relajada durante la operativa.
Hay mucha tela que cortar sobre el tema del ego en el trading, así que se publicará en dos partes para no hacer la lectura de hoy excesivamente larga.
Nosotros, los aquí reunidos, no somos de ese tipo de traders, claro. Pero hay muchos otros que se pasan la jornada operativa culpando a factores externos de su pobre rendimiento. Ya lo vimos en su momento. Una y otra vez, como si siempre fueran las víctimas de lo que acontece en el mercado. En parte se podría considerar normal. Desde que oímos de la existencia de la bolsa y decidimos formarnos, todo lo aprendido nos sitúa en inferioridad. Si bien el anzuelo típico es el de las fáciles y rápidas ganancias, la corriente principal de la formación de cierta calidad, por el contrario, es la de empeñarse en demostrar que tenemos todo en contra. Los retailers somos poco menos que moscas cojoneras. No suponemos peso alguno en la dinámica y nuestra porción del pastel es diminuta. «La mitad de la mitad», que dicen las mujeres de la familia cuando se están repartiendo trozos de una tarta. Para no engordar. Nuestros pequeños stops son carne de cañón. Son arrastrados por la corriente cuando solo pasábamos por ahí. Las limitantes económicas y de objetivos temporales tampoco son precisamente óptimas. De las técnicas y tecnológicas, ni hablamos. A excepción de la no obligatoriedad de posicionarnos, se puede decir que lo tenemos todo en contra. Así que, si el mercado cambia de dinámica, la tendencia se apaga, la lateralidad se eterniza, la volatilidad se dispara, los stops saltan como palomitas en el microondas y nuestras ganancias son poco más que ciencia ficción, qué culpa vamos a tener nosotros. Pero, aun así, cargar contra el mercado por nuestro pobre rendimiento no sirve de nada. Ni se va a inmutar. Acusar a las maniobras de los tiburones de todos los males es considerarse a uno mismo siempre inocente. Es una vieja estrategia de autodefensa que tiene un buen motivo: la protección emocional. Pero que acaba haciendo aguas en nuestra profesión, donde lo único que importa son los resultados cosechados. Enfadarse y excusarse por todo sin llegar a mirarse al espejo, y encima hacerlo de forma sistemática, denota la falta de madurez del trader. Ausencia de responsabilidad y de asumir las consecuencias de las decisiones. Justificarse en el rol de víctima. La primera señal de un mal operador de bolsa. Una cuestión de ego.
El ego es posiblemente el concepto más denostado en el trading. El culpable de todos los males del trader. ¿Alejamos los stops? El ego. ¿Sobreoperamos? El ego. ¿Sesgamos nuestras hipótesis? El ego. ¿Protegemos ganancias flotantes antes de tiempo por miedo a perderlas? Exacto… Cada vez que se cita el ego en el trading se hace de forma despectiva. Además, el ego se enamora muy fácilmente de las recetas del éxito de los demás traders. Se ha ganado la fama a pulso, pero el ego no es dañino por sí mismo. Nos ayuda a luchar y abrirnos camino. Sin ego no se firmarían los cuadros y los libros. El ego, en realidad, es el centro de nuestra operativa. La clave está en procurar tenerlo —el ego— de aliado. Veámoslo: