#84 Efectos especiales XV: Rasputín
Una capacidad sobrehumana para sobreponernos a los peligros del mercado
Grigori Yefimovich Novoyk fue un campesino ruso que llegó a Moscú procedente de un pequeño pueblo del norte de Siberia. A principios del siglo XX, gracias a su carisma, logró ser una figura influyente en la corte del zar Nicolás II y la zarina Alejandra. Metió cabeza —y lo que no es cabeza— en el círculo de los Romanov como curandero con supuestos poderes sanadores, y acabó siendo mano derecha y guía espiritual —starets— del zar. Como Rasputín se le conoce y muchos son los mitos y leyendas que aún suscita. Uno de ellos es sobre su ajetreada vida sexual y el tamaño de su falo, que se dice que es el que reposa en formol en el Museo del Erotismo de San Petersburgo. Pero el principal pensamiento que se nos viene a la cabeza al oír el nombre del monje, es sobre su capacidad para esquivar a la muerte. Y es que se hizo de una importante cantidad de enemigos. Fue acuchillado en el ombligo, golpeado con contundencia en la cabeza, intentaron rebanarle el pene —que otra vez sale a relucir—, lo envenenaron con cianuro y recibió varios disparos junto al corazón. De alguna manera, sobrevivió a esos y otros ataques. El intento de envenenamiento y el tiroteo ocurrieron el mismo día. Cuando parecía ya abatido, Rasputín se irguió y se abalanzó sobre su atacante; lo que le valió varios disparos más. Inconsciente, lo atan y cubren con sábanas para lanzarlo a un río helado. Días más tarde, los funcionarios rusos encontraron su cuerpo congelado. O eso dice el relato. El caso es que sus enemigos, para asesinarle, le envenenaron, golpearon con una pala, le dispararon hasta en dos ocasiones y, finalmente, sumergieron su cuerpo en el río Nevá. Quizá el segundo ser más resistente después de los tardígrados.
Aunque no es un concepto especialmente utilizado, me topé con el término «efecto Rasputín» en un informe financiero por Michael Cembalest, jefe de Mercados y Estrategia de Inversión en JP Morgan. Hacía referencia a la leyenda de la increíble resistencia del oscuro ruso para montar un símil con los intentos de asesinato sin éxito contra el mercado y la bolsa americana. Recordemos que esta es la representante oficiosa de la economía mundial. Ante los interminables anuncios de crisis galopante vía inflación descontrolada, y sea como fuere —impresora de liquidez de Powell— el SP500 encadena ATHs desde principios de año. No hay nada de ocultismo en todo esto a pesar del tarotismo que rodea siempre a las predicciones de los analistas y economistas macro.
De la misma manera, el mercado pone a prueba las convicciones del trader a diario. Nos expone ante disyuntivas capaces de hacer dudar hasta al más pintado. Sin embargo, el operador que quiera alcanzar la consistencia, deberá ser tan resistente a los ataques, ajenos y propios, y disponer de una convicción tal que la de Rasputín, solo que sin acabar como él. Hablamos de resiliencia, de carisma, habilidad para ganar confianza y hasta de profecías a lo Nostradamus. Veamos: