No hace mucho leí un artículo muy interesante cuya premisa era la siguiente:
«La gente que dice que no es ambiciosa simplemente lo hace porque no ha descubierto cuál es su potencial, o no son conscientes de hasta dónde pueden llegar».
Me quedé unos segundos pensando si eso era realmente así.
Creo que un trader debe ser ambicioso, que no avaricioso.
Porque cuando uno sabe lo que eres capaz de hacer ante el precio surge el impulso natural de llevarlo un poco más allá.
De explorar nuevos límites y descubrir dónde está la siguiente parada.
Al principio, te conformas con no perder mucho y rascar un poco.
Con el tiempo, empiezas a ver que el sistema funciona y a ganar algo.
Esto te da más confianza que se transforma en un mejor desempeño.
Entonces empiezas a pensar si hay un límite.
Estiras los recorridos a la vez que afinas las entradas.
Añades posiciones ganadoras y al aumentar la cuenta, puedes permitirte aumentar el riesgo para perseguir mayores retornos.
Llega un punto en que te preguntas, ¿dónde está el límite?
Técnicamente hablando, no lo hay. No hay techo. El crecimiento puede ser exponencial.
Pero sí que hay uno.
Una frontera:
Es la mental.
Y si eres capaz de estirarla y dominarla, entonces, con el tiempo y un arduo trabajo, puedes conseguir cualquier cosa que te propongas con el trading. Incluso si los recursos iniciales son bajos.
¿Estás decidido a comprobarlo por ti mismo?
Para seguir profundizando y mejorando la mentalidad correcta que necesitas para alcanzar el trading rentable, te van a interesar…
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David