En 1975, Sylvester Stallone era un actor desconocido.
No lo conocía ni su madre.
Lo rechazaban de todos los castings a los que iba porque no tenía especial talento.
Eso le llevó a casi tener que mendigar para poder comprar comida.
Se dice que incluso llegó a hacer p0rno, aunque quizá sea una leyenda urbana.
Un tiempo después, escribió el guion de Rocky y lo vendió. Pero con la única condición de que él sería el protagonista de la película.
El resto es historia del séptimo arte.
Si hubiera insistido en ir a castings o en dar clases de interpretación, quizá nunca lo habría conseguido.
Lo que te vengo a decir con esto es que lo importante no es tanto si tienes talento.
Para hacer trading rentable, tampoco.
Ayuda, por supuesto, pero, insisto, no es lo más importante.
Te puede hacer ganar mucho dinero con tu operativa, pero no toda la gente con talento gana.
Diría incluso que hay más traders sin especial talento obteniendo beneficios de los mercados que de los innatos.
Pero los novatos tratan de volverse el trader más talentoso del mundo.
No saben diferenciar habilidad del talento.
La habilidad se puede desarrollar.
El talento no.
Si los confundes, lo más probable es que acabes frustrado, pues, estadísticamente, lo más probable es que no seas “el elegido” del trading.
Y para desarrollar esa habilidad que necesitas para una operativa consistente, necesitas formación de calidad y práctica.
De la parte técnica (análisis, patrones, edges, ejecución, riesgo, etc) dispones de ingentes cantidades de literatura y contenido.
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