Me suelen preguntar cuál es el secreto para estar cada día al pie del cañón, delante de los gráficos del precio.
Me lo suelen preguntar porque para el resto es algo muy extraño. Como una especie de alquimia.
Por trabajar tantas horas al día en mi trading. (Sí, desgraciadamente no soy de los de “un ratito al día es suficiente para hacerse rico operando”).
Quemarse las pestañas, agobiarse, sentirse estresado… pero tener la convicción de que merece la pena el esfuerzo.
Volver a la rutina del negocio a diario, incluso envuelto en un drawdown.
Sé que de primeras puede sonar extraño lo de no tomarse un descanso ni en los peores momentos.
Pero creo que si tienes resiliencia, no podrán contigo.
Cuando sientes que no puedes más, sigues estudiando el precio (y si operas, que sea con mucha precaución).
Los días que estás más cansado, sigues estudiando el precio.
En el momento en el que estás a punto de tirar la toalla, sigues estudiando el precio.
Simplemente, sigues estudiando el precio.
No podemos depender de la caprichosa aparición de la motivación para hacer trading.
Necesitamos resiliencia (también adherencia, pero ese es otro tema).
Y eso es algo que se entrena.
¿Cómo?
Presentándote cada día en el mercado.
Por cierto, de resiliencia (extrema) hablo en el artículo de mañana de la mano del famoso Rasputín (no es broma):
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David