#57 Pecados capitales del trader
Te toca lidiar con el miedo, la avaricia, la esperanza y la euforia en tu operativa.
Qué es el psicotrading y para qué sirve, que es lo importante, requiere de apartarlo de todo misticismo. Ríos de tinta se han vertido al respecto con más o menos tino. Porque algo tan complicado y experto como es la psicología, no parece al alcance del pueblo llano. Reconozco que se le ha otorgado un nombre muy chulo, quizá a fin de transformarlo en marca: psicotrading. No me digas que no te llama poderosamente la atención; tanto como para empezar a consumirlo a lo loco. ¡Pareciese la solución mágica a tu pobre desempeño! Normal que se acabe encasillando como autoayuda de gafas de cristal color de rosa. A ver, que algo sí que es, pues, al final, el único que puede facilitarte la salida del hoyo, eres tú mismo.
Pero olvídate de todo eso por un momento. Piensa en ello como algo mucho más simple. Lo más poderoso suele ser lo más sencillo. Lo más lógico, también —Ockham dixi—. El psicotrading «solo» es gestión emocional. Es la ciencia, quiero creer, que estudia el comportamiento del trader para procurarle las claves de una correcta gestión de sus sentimientos, buscando, así, una operativa eficiente. Dicho de otra manera, persigue señalar, juzgar y aniquilar todos esos errores afectivos que están lastrando tus resultados. También, cómo no, potenciar los puntos fuertes. Pero lo primero es lo primero, y es ocuparse de los pecados capitales en tu trading. Pues lo que no puedes pretender es tocar de oído siendo un músico mediocre. Que, estadísticamente, no eres especial ni innato. No eres el elegido. Lo siento. Así que piensa que no puedes avanzar lo más mínimo con esa enorme bola negra de acero encadenada a tu tobillo. Con tus pecados capitales y originales, que son tu configuración por defecto. Arrastrando tus mierdas al mercado.
Ahora que ya sabes que el psicotrading es el padre confesor y redentor de la religión de la especulación, puedes hacerte una idea de cuáles son los pecados capitales. Vaya si puedes; tal como si ya hubieras incurrido en ellos. Un Padre Nuestro y siete Ave Marías por cada vez que has operado a lo loco, sin un plan. O has añadido más gasolina a una posición perdedora. O te has expuesto excesivamente, sobreapalancado y poniendo tu cuenta en serio riesgo de ruina. O te ha podido la codicia y has alejado la orden profit suponiendo ganar aún más. O, peor, has apartado el stop con la esperanza de que el precio se dé la vuelta milagrosamente. O te has precipitado por falta de paciencia. O has cambiado de estrategia tras una serie de pérdidas estadísticas… Ya van 7 pecados, así que seguro que lo pillas. ¿No? Algunos más, entonces: No limitar las pérdidas, pretender predecir el movimiento futuro, obsesionarte con una tasa de 100% wins, sobreoperar, que un fallo melle en tu valía personal… Y así podría estar todo el día. Parece que no damos ni una, compañero.
Como te habrás percatado, en ningún momento he achacado tus problemas de trading a la ejecución técnica, análisis del precio o cálculos de riesgo. Pueden llegar a ser preocupaciones, pero, aun con todo, suele ser más cosa de la cimentación sobre arenas movedizas. Igual que la imagen de los traders berreando en el parqué de Wall Street, es el sentimiento lo que mueve cualquier acción. Enfadados, eufóricos, estresados, aterrados… Me ha parecido un buen símil que llevar a nuestra escala logarítmica. Pues los problemas que la gestión emocional quiere atacar y donde se enmarcan todos los anteriores son: el miedo, la avaricia, la esperanza y la euforia; los verdaderos pecados capitales.
Veámoslos, de refilón, que el asunto da para Biblia entera, pero veámoslos:
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