#22 Efectos especiales III: Romeo y Julieta
Sobre la dependencia toxica hacia un sistema. Como trader, puedes sentir un apego tan fuerte hacia un método que insistes hasta la saciedad, aun cuando no seas capaz de extraerle rentabilidad.
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SPOILER
Hay quien aspira a una relación romántica y novelesca a lo Romeo y Julieta en la obra de William Shakespeare (se incluyen frases). No sé yo. Aquello acabó como el rosario de la aurora. Un dramón con seis muertos en tres días. Una historia de amor desdichado. Un romance convertido en tragedia. Con la famosa obra teatral como inspiración, el efecto Romeo y Julieta se refiere a la atracción de dos personas a pesar de los obstáculos que se interponen entre ellas. Diferencias culturales, de edad, clase social, valores o creencias. Hasta aquí nada interesante (gracias Hollywood). Pero se sabe de parejas condicionadas por el efecto Romeo y Julieta que, en lugar de decidir caminos separados dadas las circunstancias, exprimen el drama para extraer la dopamina con la que funciona el motor de su unión. En una situación trágica como la vivida por los amantes sespirianos, la cantidad del citado neurotransmisor aumenta. Las trabas que deben superar para estar juntos generan tensión bioquímica que, de
alguna manera, resulta adictiva. Se fomenta un fuerte apego y la necesidad exagerada de estar juntos. Entonces, el nexo queda marcado por los problemas que, de desaparecer, o bien acaban con todo o toca inventar nuevos. Y aquí sí hay chicha para la ciencia de la psicología.
«En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser»
EN EL CONTEXTO DEL TRADING
Imagínate cual Romeo o Julieta (elige tú) y, en fases tempranas de desempeño, la dependencia dramática que tienes con el trading. Bajo esa extrapolación, el efecto Romeo y Julieta podría encajarse en la atracción que sintieras hacia una estrategia en particular, aun cuando ciertos problemas sugieren que esta no es viable para con tus circunstancias. Al igual que en la obra de Shakespeare, donde la conexión entre los personajes es tan intensa que pelean contra cualquier impedimento, como trader, puedes sentir un apego tan fuerte hacia un método que insistes hasta la saciedad, aun cuando no seas capaz de extraerle rentabilidad.
Desarrollas un sistema o concepto novedoso y te embarcas en una relación sentimental con el mismo. Cada nueva idea es susceptible de un romance. La cortejas, cuidas los detalles, te pone ojitos y se desata la pasión. De sobra eres consciente que puede salir mal, pero qué es el amor sino un sinsentido. No caben análisis pre-mortem ni productos mínimos viables. La dopamina inunda tu sistema nervioso y solo alcanzas a ver las expectativas de rentabilidad.
«Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado»
Pero tras el éxtasis de los primeros encuentros, llega la monotonía: back y forward testing, es decir, comprobar la validez de una estrategia con datos del pasado y la aplicación del modelo bajo el mercado en vivo. La evidencia es como un jarro de agua fría, pero lo vuestro es incondicional. ¿Qué tal un poco de sobreoptimización a la luz de las velas? Os citáis a escondidas y brindáis con un buen espumoso. Esos retoques furtivos quedan, así, justificados. Nada puede oponerse a este amor prohibido. Solo ella, esa estrategia, te hará feliz (y rico).
SEGUNDO ACTO
Tras colarse Romeo en el palacio de los Capuleto, bajo el balcón de Julieta, el chico se la juega, se declara y ella le advierte del peligro de estar allí. Lo mismo pasa con los datos y esa picazón en el bajo vientre. Algo no cuadra, pero la excitación te ciega. Mucho dinero bailando en tu cabeza.
Los escollos que pretenden impedir tu affaire son cuestiones objetivas, como que el edge que da forma a la estrategia acabe por no demostrar esperanza matemática positiva. Incluso que, de hacerlo en el pasado, no se haya prolongado luego en el futuro. Cuestiones comunes una vez medido el rendimiento también bajo el efecto de nuevas variables en ciertas etapas de mercado. Con la suficiente muestra, afloran ineficiencias y fallos de diseño con capacidad entrometerse entre vosotros. Fases laterales, cambios en la volatilidad, propensión a la dilatación de zonas, precios gaposos u otros asuntos con potencial de sobra para separaros para siempre. De ahí la importancia de las pruebas de eficacia dejando al margen sesgos y prejuicios.
COSTE HUNDIDO
Pero como Romeo y Julieta, subconscientemente prefieres el suicidio (económico) antes que poner fin a un ideal imposible. ¿Qué hay más noble que luchar por lo inalcanzable? Patente queda que el obstáculo era emocional y cognitivo. Qué novedad. Quizá la falta de confianza en ti mismo o la tendencia a ignorar los riesgos para centrarte solo en las promesas de ganancias, sea el mayor freno de esa unión.
«Deseo no recordar cómo se pensaba»
Has puesto tanto empeño y dedicación en el diseño del nuevo método, le has dado cariño, las mejores horas de los últimos meses, toda tu atención, tu corazón, que ya no alcanzas a advertir que se trata de una relación tóxica. En el fondo no acabáis de encajar. No resuena contigo. Quizá sería un sistema viable en los brazos de otra persona, pero no en los tuyos. Cada trader tiene una personalidad diferente y las estrategias deben adaptarse a esta, y no al revés.
«No vamos a buscar a alguien que no desee ser hallado»
La falacia del coste hundido es un mal recurrente que te empuja a tomar decisiones irracionales y a aferrarte a una posición perdedora o a una estrategia deficiente, durante un periodo prolongado, por no perder lo invertido. En lugar de cortar las pérdidas y buscar otras soluciones, te enganchas a ello pensando en el coste en tiempo y dinero empleado para llegar a donde estás. Además de lo absurdo de la obstinación, infravaloras los gastos asociados y el coste extra por la pérdida de oportunidad. Esto te llevará a daños aún mayores o, en el mejor de los casos, a dificultar la recuperación. Has invertido tanto esfuerzo en ese proyecto, posición (¿BABA 0.00%↑?) o plan de trading, que ahora te es imposible abandonarlo aún siendo evidente que no es productivo. Demasiado desembolso para renunciar, por lo que acabas invirtiendo aún más. Típico en el caso de vínculos personales, donde prefieres, dado todo lo que has pasado, “salvar” el binomio antes que finalizarlo. Tu yo racional sabe que es preferible afrontar la pérdida, pero no es él quien suele estar al mando. Redoblas la apuesta por el “ciento amarillo”. Igual con el sistema de trading que tanto has tardado en diseñar, en modificar, tras innumerables horas de pruebas, dinero desembolsado en formación, en pérdidas y comisiones, y del que ya no te puedes desprender. Recuerda: en pareja o en el trading, te une un compromiso de crecimiento. Cuando se deja de crecer, se acabó. Tiempo de agradecer y a otra cosa.
GIRO INESPERADO
En Romeo y Julieta, las dificultades que se encuentran por las guerras familiares, no hacen sino que unirlos más. Las negativas son más leña al fuego de su pasión. De ahí que el efecto Romeo y Julieta haga hincapié en la incapacidad de mantener la llama si no se atisban problemas a la vista. Por el empecinamiento descrito al ponderar costes y esfuerzo realizado, acabas sufriendo un nexo nocivo con tus intenciones de trading. Te vuelves incapaz de mantener una relación sana si no hay problemas, desafíos y situaciones límite que te hagan sentir ese subidón y excitación. También una sensación de permanecer ocupado. Crees que avanzas por el simple hecho de andar apagando fuegos. Surge un inconveniente en tu operativa y la corriges a lo loco sin calcular el impacto que dicho cambio tendrá en la estadística. Vuelcas el nuevo conocimiento y, en lugar de encontrar algo de paz, se vuelve aún más caótico. Y todo por intentar evitar las pérdidas.
«¿Enamorado? Cansado. ¿De amar? De no ser correspondido por mi amada»
Por ello, llegas a pensar que este negocio es así. Un círculo vicioso de amor-odio. Esto es un gran problema, pues te hace creer que el trading es solo eso: lucha y esfuerzo constante. Y lucha y esfuerzo hay a granel, cuando no es el propósito último. Pero tú lo aceptas como tal. Así es este juego, te dices. Luego viene el tío Paco con las rebajas, que es cuando la cuenta del bróker muestra un resultado que nada se asemeja al esperado. Ese sincero número duele más por lo que hay detrás que por la cifra en sí. Toda esa contienda heroica por la devoción que sientes hacia tu proposición de trading no ha servido para mucho. Te has desvivido por ella y no te has visto correspondido. Al final, del amor platónico solo te queda el veneno y el puñal (metafóricamente, por Dios).
«Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso»
No se pueden tomar decisiones importantes en estados de enajenación mental transitoria (o no tanto). Se requiere serenidad por encima de la euforia y realidad en lugar de la teatralidad. La solución para estos casos siempre pasa por abrazar los procesos sistemáticos. Con dedicación, determinación y un enfoque consistente, puede salir del mal de amores.
Antes de leer este artículo, quizá no habías caído en la cuenta de que el efecto Romeo y Julieta te podría representar. Si lo conocías, creerías con firmeza que no va contigo. Si no, igual te vendrá bien tenerlo en cuenta de cara al futuro. No digas que no te avisé. No te cases con nada. Tira del hilo, sí, pero con la mente abierta. Mantener la apuesta por algo que no lleva a ninguna parte bajo la creencia de que así ha de ser, que así es el trading, es un callejón sin salida. Ya lo sabes, pero lo repetiré hasta la saciedad: has de ser objetivo y basar las decisiones en las conclusiones del análisis. Dejarte llevar por la atracción hacia una estrategia o filosofía en particular, por romántico que suene, sigue siendo hacer trading emocional. Y ya sabes cómo acaba la historia.
«Una despedida es tan triste que te diré “Hasta mañana” hasta el amanecer»
Te doy la bienvenida a este nuestro pequeño rincón de reflexión sobre cuestiones de la gestión emocional detrás del trading, el verdadero camino para lograr la consistencia. Para recibir semanalmente un nuevo boletín premium en tu email y en la app Substack, ya sabes:
Hola David. Quería leer bien este post porque habla de una situación en la cual me veo reflejado.
Ahora mismo, el sistema el cual aplico, no ha sido rentable (no solo para mí) en 2022. No tengo datos objetivos de otros años por lo cual dudo de su fiabilidad ya que no tengo manera de comprobar que 2022 ha sido una anomalía o, simplemente, que en mercado bajista es menos fiable. Vamos, que me encuentro con dudas y eso me lleva a seguir operando por fe en el sistema.
David,
En primer lugar muchas gracias por tu artículo.
Me encanta la idea de asociar el efecto Romeo y Julieta al trading. Es buenísimo. Y es que estoy convencida de una cosa....dime que Trading haces y te diré como eres.
Del Amor pasional al Trading sistemático. ( me guardo la ilustración de las velas, es guay )
B.