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Bien manido está el concepto de “eslabón débil”. Ya sabes, la fuerza total de la cadena le es conferida por su eslabón más débil. Aquel por el que se romperá al ejercer la máxima presión. Utilizarlo como constructo argumental dista mucho de ser original, lo que podría eclipsar la base del razonamiento que sigue. Más novedosa sería la ilustración del barril de Liebig con esa tablilla corta por la que se escapa el agua (la consistencia)1, la cual igualmente ejemplariza, como el frágil eslabón de la cadena, la necesidad de fortalecer los puntos débiles. El camino a la maestría en trading así lo exige. Sobado o no por la maldita literatura de autoayuda, el caso es que entiende fácil, así que para qué reinventar la rueda: la tensión que puede soportar la cadena depende de su eslabón más endeble. No importa lo fuerte que sean el resto de eslabones, pues se romperá siempre por aquel menos resistente. Por él se escapa tu consistencia y de ahí la importancia de la mejora continua aplicada a todo tu proceso de desarrollo como trader. Ahora toca detectar cuál es el área a mejorar que estaría lastrando tu rendimiento. Sin entrar en detalle, el trading presumiblemente se compone de cuatro grandes familias que, de dominarlas, abarcarían todo el espectro para culminar el ejercicio experto:
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